No se trata sólo de acometer un cambio ambicioso en el equipamiento de nuestra Casa Residencia con una reforma global de nuestras cocinas sino, sobre todo, de aprovechar esta circunstancia para mejorar la calidad de nuestros menús y ahondar en el proyecto de alimentos texturizados, tan necesario para nuestro colectivo.
Seguro que nos esperan unos meses de trajín en los que nuestras rutinas diarias igual sufren alguna incomodidad, pero el resultado va a merecer la pena.
